19 dic 2007

"La vida de un gato"

"La vida de un gato" (Capítulo uno)
Empieza en la calle. Allí se encuentra, sólo. Por sus grandes aptitudes (e independientemente de su tamaño) puede escalar grandes arboles.
Una vez en el árbol, empieza a llorar. Mucha gente, confunde el llanto de un gato con el de un niño. Llora, llora y llora, hasta que algún alma (puede ser que le tenga amor a los animales, o simplemente le guste molestar a la gente) lo baje de ahí, y lo lleve para su casa, o en defecto a la de un amigo.
Si es en la casa de uno mismo, inmediatamente alimentará y cuidará al gato para siempre, a no ser que este decida irse a otro lugar (vale recordar que en gran parte, la frase "el perro es el mejor amigo del hombre" está armada en base a la conducta historicamente traicionera de los gatos).
El problema empieza, cuando ese gato es llevado hasta la casa de un amigo. Allí aparecen dos opciones. Una que el amigo una vez que se vaya del hogar de su amigo, se lleve el gato para su casa, o lo tire, camino a ésta. La otra opción. es que el gato quede en el primer hogar al cual fue llevado, es decir la casa de un amigo.

"La vida de un gato"(Capítulo dos)
Una vez que el gato, está en una casa que no conoce, a la cual fue traido por una persona que no conoce, y por circustancias que también desconoce empieza el problema.
El gato obviamente se encuentra fuera de la casa. Allí repite el ritual que ya ha aprendido. Si llora, será recogido por alguien.
Comienza el llanto. Puede estar derramando esos pequeñisimos e incómodos sonidos por horas. Pero no. Alguien generalmente dice, "que bonito", o se cansa de escuchar llantos toda la noche.
Otro problema puede ser que cuando el gato fue llevado a esa casa, allí haya un infante. Es decir, una persona que ama más que nadie los animales.
Aquí puede surgir otro inconveniente. El infante quiere el gato. Pero no vive en esa casa. Sólo está de paso.
Un dilema. Se complace al infante, alimentándo al gato, y quedándose el felino para siempre en esa casa, a no ser, que una vez más aparezca el lado traidor del animal, o se lleva al gato lo más léjos posible para que nunca más vuelva a esa casa. Y menos a llorar.

"La vida de un gato" (Capítulo tres)
Finalemnte, una decisión debe tomarse. En la mayoría de los casos, y por una sensación que probablemente es percibida en los seres humanos en muy pocos casos (es decir, el pedido del niño es casi realizado como el del gato, o sea, en forma de llanto), se complace al niño. En muy pocos casos, el gato es rechazado. En este caso el argumento con el que se refuta la idea del niño es "no tenemos plata para alimentarlo", o "es una responsabilidad un animal, y acá ya hay animales".
Si la decisión es tomada por el lado negativo, el gato se marcha, y nadie vuelve a saber de él. A no ser el infante, que día a día, y durante su estadía en la casa se queja frente a los mayores, por su actitud egoísta. En ese caso, el escrito terminaría aquí.
Si el gato se queda, sigo escribiendo. Esa es mí idea.
Al prinicipio, el gato se aleja. Es decir, tiene miedo. Habrá que esperar unos días para que éste se sienta confiado.
Generalmente los generadores de confianza son la comida y mimos. El niño es el que mayormente mima al gato. Adora estar con él. Hasta le pone un nombre (utilizaré uno de una experiencia personal "Hanah).

"La vida de un gato" (Capítulo final)
Sin embargo, algo puede que suceda.
Una vez que el niño se encariñó aunque sea un poco con el gato, este puede mostrar su conducta más cruel e inperdonable. La traición.
Pero éste felino actúa cuando nadie lo ve. De noche. Allí decide irse sólo, sin que nadie lo escuche.
Una vez que el infante se despierta empieza el "drama". El gato no está. Es simple, no aparece.
Dos posibilidades.
Que el infante empieza a lanzar puteadas contra todos los animales, humanos y toda la cúpula de la Iglesia Católica. O la otra opción, y la de salida más tranquila, que el infante sólo piense en el gato como un traidor, y que empieza solamente a putear contra el animal.
En éste caso una lección le quedará de ejemplo. Nunca más en su vida tendrá, ni tocará un gato, ni siquiera si lo ve en un árbol, y decide llevarlo a la casa de un amigo.

1 comentario:

estrellitas dijo...

Guau!!!( el perro) jajaja un chiste de fin de año compañero!!!
La verdad cada dia me sorprende mas el gran abanico que tiene en su mente y como escribe.
Besos a ti, segui asi..
T.K.M