24 jun 2008

Sobre la tristeza que no conocemos

Lo malo no es estar triste. Es un sentimiento más. Uno de los tantos. Lo feo es no saber porque uno está triste. Cualquiera sea el motivo, es mejor saberlo. Genera hasta una cierta conformidad en uno.
- Estoy triste por X.
Eso da más tranquilidad que preguntarse
- ¿Por qué estoy triste?
O peor aún, estar lo suficientemente triste como para no poder llegar a hacerse esa pregunta. Eso es igual a la ruina. Uno está triste y punto. La cabeza está tan bloqueada que sólo piensa en llorar. Ni siquiera se sabe porque se llora. Pero se llora. Ríos, lagos, mares. Se llora hasta el hartazgo. Sin saber porque. Entonces, no se tiene una respuesta, porque aún no se ha generado la pregunta. El único y bendito remedio es ver a un conocido y que este diga
- ¿Estás triste?, ¿Por qué?Allí se produciría el efecto que se desea. Pero se volvería al estado de estar triste y no saber porque. Que, como he dicho, es el peor estado de todos. Así como todos los caminos conducen a la nada, todos los estados de tristeza conducen a tal tristeza, que uno termina por olvidar aquella situación que a uno lo tiene triste. Puta incertidumbre.

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