26 feb 2008

Felicidad 3

Dejáme que te confiese algo de manera muy suave: tu principal defecto es la estupidez. Claro, esta característica se ve más seguido hoy en día. Pero la tuya camarada, sobrepasa ciertos límites.
El otro día recuerdo que me miraste fijo me confesaste:
- Viva la vida.
Claro, ni vos ni yo estábamos preparados para decirlo. Pero vos, de manera algo soberbia lo exclamaste bien alto. No pude fingir mi desconformidad. Hasta vos, que repito sos bien estúpido, te diste cuenta de mi enojo. No te dí una buena trompada porque no me gusta hacerlo.
Me observaste durante unos minutos, callado, pero no te animabas a preguntar que me pasaba. Claro sucede lo siguiente. Durante todos esos minutos callado, trataste de investigar en tu cabeza marchita la respuesta de mi enojo, que a esa altura creo que había crecido.
Sin embargo, o mejor dicho, obviamente, no la encontraste. Hasta que por fin, gritaste.
- ¿Qué carajo te pasa?
Me quede callado, mirándote, tratando ahora yo, de calcular tu estupidez. Yo callé allí. Pero te juro que no pare de calcular. Y me dió un número demasiado grande.

No hay comentarios: